Ilustrado por: Megan Joyce
Nombre del traductor: Erandi Maldonado Pérez
Tu juego de las escondidas se ha vuelto serio. Estás en la parte trasera del granero de tu amigo, preocupado por las telarañas en las que te estás apoyando. Mientras miras hacia las esquinas sobre tu cabeza, das un paso atrás y sientes un dolor punzante que recorre tu pie. Has pisado un clavo oxidado.
Has sido advertido sobre el peligro de los objetos oxidados. Mientras te quitas tu zapato y haces presión en la herida, te das cuenta de que una bacteria desagradable, Clostridium tetani, pudo haber entrado a tu sistema. Si no es atendida, dentro de pocos días, esa bacteria puede convertirse en una fuerza invasora que causa el tétanos, una infección que afecta el sistema nervioso.
El tétanos puede causar espasmos musculares, hacer que tu mandíbula se trabe, y causar problemas con la respiración. Pero de repente recuerdas - tu papá te llevó a que te pusieran otra dosis contra el tétanos hace unos años. Gracias a esa vacuna, tu cuerpo ya está listo para luchar contra este invasor, así que tu única preocupación es mantener la herida limpia, y llamar a tu amigo para que te ayude a llegar a casa.
¿Qué es una vacuna?
Una vacuna es un tratamiento que entrena al sistema inmunológico a luchar contra microbios específicos. En lugar de enfermarse por un microbio peligroso, una vacuna entrena a tu cuerpo para luchar contra él usando microbios muertos o débiles (partes de ese microbio). De esta manera, las vacunas le enseñan a tu sistema inmunológico como luce cada microbio, así que tu cuerpo va a poder practicar cómo luchar contra esos gérmenes. Sí esos gérmenes tratan de invadir otra vez, tu cuerpo ya sabe que defensa preparar. Luchará contra ellos lo más rápido y exitosamente que pueda, para que estés protegido.
Una breve historia de las vacunas
¿Alguna vez te has preguntado por qué una vacuna se llama así? Una pista es la raíz de esta palabra, vacca, que en latín significa vaca ¿Por qué las vacunas llevan su nombre gracias a las vacas? Bueno, veamos cómo fueron descubiertas.
En 1768, un joven aprendiz estaba trabajando con un cirujano rural en Inglaterra. El joven, cuyo nombre era Edward Jenner, ayudaba a su supervisor a prevenir los casos graves de viruela en las comunidades locales.
En ese entonces, la viruela se percibía como una maldición sobre la humanidad. Muchas personas estaban muriendo en Europa y alrededor del mundo por esta enfermedad. La humanidad necesitaba una cura para este terrible mal. En ese momento, usaban la inoculación para tratar de prevenir la muerte. Las personas estaban expuestas al material presente en una pústula a través de cortes pequeños en la piel. Este método le provocaría la enfermedad al paciente, pero de una forma más leve, y lo protegería de casos más severos.
Fue durante este tiempo que Jenner aprendió sobre la viruela bovina, que es una versión de la viruela humana que se presenta en vacas, pero que podía infectar a las personas también. Las infecciones e historias de la viruela bovina contra la viruela humana eran un poco confusas, pero parecía que aquellos que tuvieron la viruela bovina no tenían tanta reacción a la inoculación con la viruela humana. Después de otro año como aprendiz con otro cirujano, Jenner volvió a su hogar y se convirtió en un doctor rural.
Después de muchos años de tratar a pacientes, en 1786, le pidieron inocular a un niño con viruela bovina, para evitar un brote local. Él lo hizo, y unos meses después, trató de inocular al niño contra la viruela humana. A pesar de que se sabía que la viruela bovina y la viruela humana estaban relacionadas, no fue hasta ese experimento que se probó la idea de que la inoculación de la viruela bovina podría proteger directamente contra la viruela humana.
Jenner hizo este descubrimiento, conforme el niño tuvo una respuesta leve a la inoculación con la viruela humana. A partir de entonces, el tratamiento con la viruela bovina (llamado vacunación) para reducir el riesgo de la propagación de viruela ayudó a proteger a las personas. Este descubrimiento salvó incontables vidas y cimentó el camino hacia el descubrimiento de las vacunas.
Hoy en día las vacunas son hechas de diferentes formas, pero siempre es el mismo resultado: crear inmunidad contra un germen en una forma similar como fue hecho por la vacuna de la viruela bovina de Jenner. Y es por eso que las vacunas fueron nombradas por las vacas, porque la viruela bovina fue usada como la primera vacuna contra la viruela humana.
Protección en el rebaño
Un rebaño pequeño de ñus pasta en la sabana africana. En medio del rebaño, una cría camina junto a su madre. La cría no lo sabe, pero ha captado la atención de una manada de perros salvajes. Algunos ñus notan a los perros salvajes, y golpean sus pezuñas contra el suelo y emiten llamados de alerta. Pero se asustan y comienzan a correr. De pronto, la cría corre por su vida.
La cría es pequeña y trata desesperadamente de mantener el paso del rebaño porque sabe que ahí está protegido. La atención de los perros está en la cría, un blanco fácil, pero no la pueden alcanzar. La madre y otros antílopes todavía rodean a la cría para protegerla. El rebaño logra alejarse sin ningún daño y llegar a una nueva zona de pastura. Si no hubiera sido por la protección del rebaño, la cría hubiera sido una comida fácil para los perros salvajes.
¿Qué es la inmunidad de rebaño?
Te estarás preguntando qué tienen que ver los ñus y los perros salvajes con las vacunas. Bueno, la historia de esa pequeña cría ayuda a describir el término “inmunidad de rebaño” usado frecuentemente cuando se habla sobre la importancia de la vacunación. Así que, ¿qué es la inmunidad de rebaño?
La inmunidad de rebaño es un concepto que menciona que las personas vacunadas pueden ayudar a las no vacunadas a no enfermarse. Los perros salvajes y los ñus nos pueden mostrar cómo funciona esto, excepto que nosotros nos protegernos de gérmenes. Se puede pensar que los adultos del rebaño son aquellos que están vacunados. Estos pueden ayudar a proteger a los no vacunados de contagiarse, así como los adultos protegieron a la cría de ser devorada.
Cuando una población no está vacunada contra un microbio en específico, el microbio puede propagarse rápidamente de persona a persona. Pero cuando la mayoría de la población está vacunada, este proceso es más difícil. Cuando el microbio entra a una persona vacunada, el cuerpo de esa persona puede matar al germen antes de propagarse e infectar a otras personas. De esa forma, incluso si hay pocas personas no vacunadas y están en riesgo de enfermarse, las otras personas vacunadas ayudan a protegerlos.
En la historia, los ñus adultos en el rebaño mantuvieron sana y salva a la cría. Pero ¿qué crees que hubiera pasado si hubiera habido más crías o menos adultos en el rebaño? ¿Habría suficiente protección para las crías?
¿Quiénes no deben vacunarse?
Las vacunas son un tipo de medicina preventiva. Y como cualquier medicamento, algunas personas (muy pocas) pueden ser alérgicas. Aquellos que en realidad son alérgicos a una vacuna definitivamente no deben vacunarse. Algunos otros con problemas inmunes y aquellos que son demasiado jóvenes tampoco deben hacerlo contra ciertos gérmenes. Pero todos nosotros, como sociedad, podemos proteger a aquellas personas de infectarse si nos vacunamos.
Cuando nos vacunamos, creamos un escudo contra la infección, así que aquellos que no pueden hacerlo aún están protegidos. Sí todos los que se pueden vacunar lo hacen, eso mantiene el escudo más fuerte. Pero sí las personas que pueden vacunarse deciden no hacerlo, crea fracturas, e incrementa el riesgo que la enfermedad penetre.
Sí suficientes personas son vacunadas contra una enfermedad específica, es posible que podamos eliminar esa enfermedad por completo. La viruela es un gran ejemplo de esto. Mayormente, no necesitamos vacunarnos contra la viruela porque fue eliminada por una vacunación generalizada. Sin embargo, a menos que una enfermedad sea erradicada, debemos apoyar la inmunidad de rebaño al vacunarnos.
Las vacunas protegen de una infección
Gracias a las vacunas, contamos con una forma de protegernos contra enfermedades como el tétanos, varicela, hepatitis, polio, sarampión, y muchas, muchas más. Y, al vacunarnos, podemos ayudar a aquellos a nuestro alrededor por la inmunidad de rebaño. Las vacunas son una forma importante de proteger tu salud y la salud de los otros. Sí tienes dudas estás o no en un grupo vulnerable que no debe vacunarse, asegúrate de consultar a un médico.
Referencias:
The origins of vaccination: Myths and reality https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC3758677/
Detalles bibliograficos:
- Artículo: Ciencia de las vacunas
- Autor: Dr. Biology
- Editor: Arizona State University School of Life Sciences Ask A Biologist
- Nombre del sitio: ASU - Ask A Biologist
- Fecha de publicación: 7 Dec, 2022
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