Cómo estudiar a las abejas nativas

De las miles de especies de abejas nativas de América del Norte, sólo un pequeño grupo ha sido estudiado hasta cierto punto. Por lo tanto, si te encuentras con una abeja que se está apareando en un número considerable, es probable que puedas hacer una contribución científica registrando en detalle lo que sucede. Si te tomas el tiempo de aprender lo que esta abeja está haciendo, podrías convertirte en un experto a nivel mundial sobre esa especie. Es divertido ser un experto a nivel mundial en lo que sea.

Buscando abejas

El primer "truco" es ir a lugares naturales cuando las plantas tienen flores ya que las mismas podrían estar suministrando alimento a las abejas madre para sus larvas.  Muchas abejas se aparean directamente sobre las flores que visitan. Este podría ser un buen lugar para empezar. Recientemente esto es lo que he hecho al inspeccionar las caléndulas del desierto. Si puedes encontrar una especie cuyos machos se encuentran con las hembras en las flores donde se alimentan, podrás usar esto como tu punto de observación.

En el caso de la Centris pallida, los árboles de palo verde y las casuarinas suelen florecer copiosamente en mayo, ofreciendo miles de millones de flores con néctar y polen a sus polinizadores, entre los que se encuentra la abeja excavadora. Por casualidad, a comienzos de la década del 70' visité en el momento justo la zona del puente de Blue Point en el río Salado, debajo del lago Saguaro cerca de Phoenix, Arizona. Fue allí, al ver todo tipo de abejas grises sobrevolando a poca altura del suelo que me propuse estudiarlas.

No todas las abejas poseen el mismo tipo de picadura

El segundo "truco" es no tener miedo a las abejas nativas. Los machos carecen de aguijón, por lo que no podrían picarte, aunque quisieran. Las hembras sí tienen la capacidad de picar, pero para ello tendrías que hacer algo tonto, como intentar atraparlas, algo que no es de su agrado. Incluso si te pican, el dolor es mucho menor que cuando te pica una abeja melífera hembra.

La observación es la clave

El tercer "truco" es ser paciente y observador. Toma notas, mide lo que quiera medir, hazte preguntas. Cuando estudié a las abejas excavadoras macho, registré el resultado de la cantidad de intentos de excavaciones (una vez que me di cuenta de que se trataba de machos excavadores).

¿Qué porcentaje de los machos que excavaron el suelo se vieron interrumpidos por otros machos? 

• ¿Qué porcentaje de casos resultó en el abandono del lugar de excavación antes de que saliera alguna hembra (u otro insecto)?
• En promedio, ¿Cuánto tiempo tuvo que excavar un macho antes de que saliera una hembra de la tierra?
• ¿En qué porcentaje la hembra y su pareja fueron atacados por otros machos que esperaban, lo que llevó a la formación de una aglomeración de individuos?
• ¿Cuál es el tiempo promedio en que estas aglomeraciones de abejas permanecieron juntas antes de que un macho saliera volando con la hembra?

Las redes son opcionales

Si tienes acceso a una red para cazar insectos, sería bueno recoger uno o dos especímenes, que puedes poner en un frasco y luego en el congelador de tu casa. Si vives cerca de una universidad que posea un departamento de biología, quizá puedas contactarte con un profesor que te ayude a identificar el tipo de abeja, paso clave para saber qué se ha escrito ya sobre la especie que has descubierto. Con suerte, un profesor atento podría ayudarte a iniciar una carrera en investigación de insectos. Muchas personas lo consideran un trabajo muy válido y divertido. Ofrece la oportunidad de aprender sobre la naturaleza y, tal vez, de revelar respuestas a preguntas que siguen desconcertando a los científicos.