Las coníferas prosperan en la taiga. Probablemente estés familiarizado con coníferas como los pinos. En general, tienen forma cónica. Esta curiosa característica permite que las fuertes nevadas se deslicen fácilmente por los árboles y evita que se rompan.

Las agujas finas de color verde oscuro que crecen en las ramas son las hojas de las coníferas. A diferencia de los árboles de hoja caduca, las coníferas mantienen sus hojas espinosas durante todo el año. La cera recubre cada aguja para proteger las hojas de la pérdida de agua y del fuerte viento de la taiga. La forma y el color de las hojas maximizan la absorción de luz del sol, lo que ayuda a mantener una alta tasa de fotosíntesis.

Las coníferas, como la mayoría de las plantas, producen su propio alimento mediante la fotosíntesis. Una alta tasa de fotosíntesis les da a las coníferas una energía extra. Este es el margen que necesitan para sobrevivir en un entorno difícil como la taiga. Cuando las hojas espinosas caen al suelo, su descomposición libera ácido en el suelo y lo acidifica.

Las coníferas también proporcionan alimento para los animales en la taiga. Producen piñas, que tienen semillas nutritivas. Las piñas se abren cuando las semillas están maduras, pero las aves y los mamíferos hambrientos pueden abrir las escamas de las piñas para obtener las semillas. El piquituerto común incluso tiene un pico cruzado que abre específicamente las piñas para conseguir los piñones. Para evitar que todas sus semillas sean comidas, las coníferas producen dos semillas por escama. De esta manera, cuando un animal abre una escama, una semilla cae al suelo del bosque mientras se come la otra.

Los incendios forestales son bastante comunes en la taiga. Son importantes para despejar el espacio de las copas para que la luz del sol pueda alcanzar el suelo. Las zonas recién quemados debajo de los espacios abiertos de las copas son el hogar de nuevos árboles, arbustos, hierbas y flores silvestres. Las coníferas tienen una corteza gruesa y dura que los protege de los incendios forestales. Las piñas de algunas coníferas, como el pino, necesitan ser quemados para poder abrirse.

Un sur más frondoso

Las copas adquieren una apariencia más plana, de hoja ancha cuanto más te mueves hacia el sur en la taiga. A medida que las temperaturas aumentan lo suficiente como para derretir la nieve y acelerar la descomposición, el agua está más disponible en forma líquida y el suelo contiene más nutrientes. En estas ricas condiciones, los árboles de hoja caduca pueden echar raíces. Aunque no superan en número a la cantidad de coníferas, los árboles de hoja caduca como el álamo, el arce, el olmo y el roble son comunes en la taiga meridional.

Varios arbustos con bayas también viven en la taiga meridional y tienen un importante valor agrícola. Puedes encontrar una variedad de frambuesas, moras y arándanos, en toda la taiga. Las bayas como arándanos rojos y arándanos pueden incluso crecer en la taiga norte.

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Imágenes a través de Wikimedia Commons. Imagen de la taiga rocosa de Edgarski.